Espectro autista: la visión de una mamá pediatra

Vazart - Espectro autista: la visión de una mamá pediatra

Escribir acerca de este tema es todo un reto, no estamos tan familiarizados con la inclusión, crecimos en los tiempos en los cuales ser diferente era algo malo, solo por ser desconocido, ahora vivimos en un mundo con una mente mucho más abierta, que beneficia a todos aquellos que necesitan ayudas extras para alcanzar sus objetivos.

Como padres, cada día nos informamos más, esto hace que nos empoderemos, y seamos más críticos en cada uno de los aspectos de la crianza de nuestros hijos. Ser pediatra de los hijos de estos nuevos padres informados, nos lleva a leer mucho, a investigar constantemente, con el fin de entregarles la mejor información y recomendaciones posibles.

Se dispone de mucha información acerca del neurodesarrollo “normal”, en donde se establecen unas metas de acuerdo a cada edad y etapa en la que el niño o niña se encuentre; sin embargo, existen un grupo de niños que pueden empezar a presentar retrasos en la ganancia de dichas actividades, es por eso que debemos reconocer siempre las señales de alerta para hacer una intervención adecuada y oportuna.

Para empezar a reconocer estas banderas rojas, quiero contarles que el autismo no solo es una clase de enfermedad, actualmente se reúnen en un término que se denomina espectro autista, donde podemos movernos en un grupo de enfermedades, que tienen algunas características en común, pero que al mirarlas en detalle varían, y esto hará que quien la padece tenga fortalezas y otros aspectos en los cuales necesitara más ayuda.

 

Dentro de este espectro encontramos:

- Trastorno autista (autismo)

- Desorden notorio del desarrollo no especificado de otra manera (PDD NOS), por su sigla en inglés: Pervasive Developmental Disorder Not Otherwise Specified

- Síndrome/trastorno de Asperger

- Síndrome de Rett

- Desorden desintegrativo de la niñez

Mi intención no es explicarle en términos médicos que significa cada uno de ellos, hoy quiero brindarles herramientas para estar atentos a señales de alarma, esas banderas rojas que todo padre debe conocer, con el fin de lograr un mejor neurodesarrollo para ese pequeño, y no perder ese tiempo tan valioso que tiene los primeros años de vida, donde hay mayor plasticidad neuronal (facilidad para lograr recuperación de alteraciones del sistema nervioso central).

Estas manifestaciones se encontrarán en general antes de los 3 años de vida, siendo su mayor pico alrededor de los 18 meses, de acuerdo a esa capacidad de cada padre de detectar que algo no anda bien dependerá el momento del diagnóstico:

 

Señales de alarma a los 6 meses

No trata de agarrar objetos que están a su alcance, no hay señales de afecto por sus cuidadores, no se evidencia reacción a sonidos a su alrededor, dificultad para llevarse cosas a la boca, no emite los sonidos de las vocales, no rueda ni puede darse vuelta, no se ríe, se ve rígido o sin fuerza.

 

Señales de alarma a los 12 meses

No gatea, no permanece de pie con ayuda, no busca cosas, aun no dice papá ni mamá, no realiza gestos, no señala con sus manitos, empieza a perder habilidades que ya había logrado.

 

Señales de alarma a los 18 meses

No señala cosas para mostrarlas a otras personas, no camina, no sabe la función de las cosas que ve todos los días, no imita a las personas que lo rodean, no aprende nuevas palabras, ni sabe al menos 6 palabras, no demuestra la importancia que tienen sus cuidadores. Pierde habilidades que había adquirido.

 

Señales de alarma a los 24 meses

No usa frases de dos palabras, No sabe qué hacer con cosas comunes, como un cepillo. No imita acciones o palabras, No sigue instrucciones simples, pierde el equilibrio fácilmente. Pierde habilidades que había adquirido.

 

Señales de alarma a los 36 meses

Se cae mucho o tiene problemas para subir y bajar escaleras, babea o no se le entiende cuando habla, no puede usar juguetes sencillos, no usa oraciones para hablar, no entiende instrucciones sencillas, no imita ni usa la imaginación en sus juegos, no quiere jugar con otros niños ni con juguetes, no mira a las personas a los ojos.

 

En caso de presentarse alguno de los signos de alarma mencionados anteriormente, debes hablar con tu médico o pediatra de tu hijo, manifestarle tus preocupaciones abiertamente, así podrá ser valorado por otras especialidades que conocen aún más de estos temas, y podrán ofrecer un manejo multidisciplinario (por varias especialidades) en pro de fortalecer el neurodesarrollo de ese pequeño que precisa ayuda.

 

Me alegra saber que cada día contamos con más herramientas para facilitar a nuestros pequeños la ganancia de habilidades, me siento muy agradecida con Andrea, de @_vazart_, por hacerme partícipe de su maravilloso emprendimiento y permitirme dejar un mensaje a tantos padres que requieren una luz en su camino.

 

Nathalia Sanclemente López
Médica Pediatra
@tuguiapediatra

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